martes, 24 de marzo de 2009

Con mis manitas

Ya se que llevo muchos días sin escribir, pero es por que lo he pasado muy mal, con muchos problemas. Os cuento:

En mi casa, en una habitación, habia, mejor dicho hay o sigue habiendo, un hueco realmente apropiado para poner un armario ropero, que además vendría muy bien para desahogar el resto. Como la economía esta de manera que no permite alegrías, después de contemplar los presupuestos de los carpinteros, y los ánimos de los colegas manitas, nos encaminamos a IKEA. Encontramos uno, que no era justo lo que se buscaba pero que se le parecía algo, además el precio sí que nos gusto, decidido, que lo compramos.

El primero de los problemas surgió ya en el aparcamiento; al ir a meterlo al maletero sobraba paquete por todas partes. Primer cabreo ya que no encuentro una puñetera cuerda. Menos mal que la tienda de bricolaje con nombre de bailarín de Fama tenia un juego de 10, que no se para que coño los voy a usar, porque hay uno que parece un coletero. Conseguido atar mas o menos el portón, con medio paquete asomando a la calle nos ponemos en camino para casa. cuatro kilómetros mas allá la guardia civil nos para. Carga sobresaliente sin señalizar 300 €, eso si, si los abonas antes de diez días el 20% de descuento. Con que humor llegamos a casa. A casa no, al portal. Porque allí compruebo que no cabe en el ascensor. Siete pisos para arriba golpeando en todas las revueltas o en los peldaños. La entrada a casa de película, adiós al jarrón que trajo mi suegra de no se que viaje. Morros de esposa agraviada (sospechando rotura intencionada). Por fin en la habitación. Comienzo a desembalar y lo primero me pongo a buscar las instrucciones de montaje. No hay instrucciones de montaje; existe un papelito con tres dibujos y unas leyendas en chino. Bueno si todos mis amigos lo han conseguido, yo también lo montare. ¡Iluso! Armario de tres de ancho por dos de alto. Bajo y alto similares. Baldas intermedias también. Iguales los laterales tres,cajones, puertas, tornillos unos 60 y una llave allen que al segundo tornillo ya esta redonda. La mirada de mi mujer clavada en la nuca, el sudor chorreando, la sangre también corre, ya que me he cortado la yema de un dedo y el antebrazo esta con raspón de un lateral que se me ha escurrido. Cuatro horas y otra vez a desmontar. Quinta discusión con mi mujer. Otro golpe a la pared y otra marca para el recuerdo de este glorioso día.

No puedo seguir recordando, el psiquiatra me dice que debo de olvidar. Solo contare le final:

Intente matar al “amigo” que me habló del bricolaje. Mi mujer vive ahora con los niños en casa de su madre y no me dirige la palabra, los vecinos llamaron a los bomberos y a la policía, el armario salió por el balcón. Después de salir de la sala de la comisaría pasé a la de psiquiatría que ellos mismos me recomendaron. Gracias a IKEA soy un hombre nuevo. Ya no grito cuando veo el anuncio de la república independiente, ni le clavo alfileres a la foto del de bricomania.

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